Esa es la nota que la protagonista de la primera novela de Carina Bergfeldt pega en la puerta de su frigorífico para no perder de vista el objetivo que domina su vida. Aunque el título no parezca muy apropiado para estas fechas navideñas,el lector se encontrará deseando que la protagonista lo consiga ya que se trata de un maltratador que convirtió la vida de su familia en un infierno.
Paralela a esta trama discurre la investigación del asesinato de una de las vecinas del pueblo llevada a cabo muy chapuceramente por la policía y por dos periodistas entrometidas.
Parte del interés de la novela se encuentra en que no sabemos quién de ellas es la quiere asesinar a su padre así como también se desconoce, lógicamente, quién mató a la vecina.
Una novela que resulta entretenida y cómoda de leer aunque,en algunos de sus pasajes, nos abruma con los episodios violentos del padre maltratador. Espisodios que, por otra parte,son hechos reales descritos por víctimas auténticas de la violencia de género.
La portada del libro en papel es magnífica.
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