A pesar de la inquietante portada, la novela es totalmente prescindible. Está llena de tópicos y de giros en el argumento bastante increíbles. Si el lector es aficionado a las buenas novelas negras ésta resulta, a veces, hasta un poco ridícula en su desarrollo.
Para novela negra llena de tinieblas recomiendo "Te quiero porque me das de comer".
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