Esta segunda parte de la Trilogía del Baztán no decepciona como suele ocurrir con las segundas partes tanto en cine como en novela. Creo que mantiene el mismo nivel de intriga e interés que la primera.
Bien es cierto que la resolución no es excesivamente original. El perfil de criminal ya ha aparecido anteriormente en varias novelas del género negro pero no por ello deja el lector de interesarse por los hechos y por el desenlace de los mismos.
Pero, en mi opinión, la mejor parte de la novela, y la que más miedo da, es la narración de la infancia de la protagonista, Amaia Salazar, y de su relación con la ama, como ella la llama. Es ahí donde realmente está la esencia de la mejor novela negra.
Esta novela así como la anterior ("El guardián invisible") son dos excelentes regalos para vuestros amigos y familiares lectores.
¡Feliz Navidad para todos!
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