Un joven editor británico, desaparece durante su estancia en España, adonde había acudido para cerrar una revista literaria. Con este argumento el libro de Mamen Sánchez podría clasificarse como novela negra, pero es más bien una novela romántica.
La novela, entretenida y de lectura ágil, no está, sin embargo, a la altura de otras obras de la autora como Agua para el limonero porque presenta unos personajes muy exagerados (el inspector, el padre británico), una visión de España plagada de tópicos (los gitanos con su jarana, su "fragoneta", sus mujeres morenas y bellas) y un final bastante previsible. A pesar de eso, es una novela simpática que os puede hacer pasar un rato entretenido.
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