August tiene diez años, es fan de La guerra de las galaxias y
nunca ha ido al colegio; su madre ha sido la que se ha encargado de su
educación. Pero este año sus padres han decidido que debería empezar a
relacionarse con otros niños.
August tiene parte de su cara deforme por lo que la perspectiva de convivir durante todo el día con otros niños y sus burlas no es muy apetecible.
Una narración amena, divertida y conmovedora en muchos momentos, que habla sobre la aceptación de la diferencia y sobre la autoestima. Los diálogos y reacciones de los chicos y chicas de diez años son verosímiles, las actitudes realistas, en definitiva personaje creíbles que enriquecen la novela. Capítulos breves que ofrecen la perspectiva de cada personaje y que proporcionan una lectura ágil.
Me ha gustado mucho, de esos libros que te hacen pensar y recuerdas con cariño. Muy recomendable.
¡Feliz lectura!
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