Estas son las palabras que se dice así mismo el periodista Javier Goitia quien, después de socorrer a una mujer en la calle, se ve directamente involucrado en un caso de asesinato.
Este periodista será el narrador y casi protagonista del último caso de la juez Mariana de Marco, una de mis favoritas junto con la inspectora Delicado y la otra magistrada, Lola MacHor.
La originalidad se encuentra, pues, en la narración de los hechos por este singular caballero andante y en sus andanzas para conquistar a la juez a la vez que transcurre la investigación.
Es una novela entretenida que se lee fácilmente, sobre todo porque las cavilaciones del periodista y sus careos con la juez son muy divertidos e ingeniosos.
Sobran, quizás, en mi opinión, algunas de esas preguntas y reflexiones sobre lo que le había podido ocurrir a la víctima. Lastran un poco el ritmo y la fluidez de la trama.
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