Todo comienza a partir de un acontecimiento aparentemente ridículo: dos niños se lanzan bolas de nieve cuando una de ellas impacta accidentalmente en la mujer del reverendo, desencadenando un alumbramiento prematuro y la locura de la víctima. El lanzador de la bola (Boy Staunton), el supuesto blanco del lanzamiento (Dunstan Ramsay) y el hijo del reverendo (Paul Dempsey) protagonizan las tres novelas que componen la trilogía, cada una de las cuales está contada desde el punto de vista de cada uno de ellos.
Pero lo realmente maravilloso de esta obra en tres actos no es su argumento, sino la maestría del escritor. Leer a Davies es una experiencia inigualable y consigue que la magia, el azar, la religión, la política, la historia o la filosofía se unan de una manera tan sutil como delirante. Creo que la mejor manera de conocer el universo de Robertson Davies es sumergirse en su técnica y en su erudición. Los que os atreváis con él me buscaréis por los pasillos porque leer a Davies genera una necesidad imperiosa de compartirle con los demás.
Inmejorable descripción. "...leer a Davies genera una necesidad imperiosa de compartirle con los demás", cierto. Muy cierto.
ResponderEliminarAbrazos.