24 febrero 2010

Las aventuras de Huckleberry Finn


Bien, no voy a descubriros a Mark Twain ni a su personaje más conocido junto con Tom Sawyer o el esclavo negro Jim, pero intuyo que muchas no habéis leído realmente el libro, o que lo leisteis hace ya muuucho tiempo, cuando la merienda era obligatoria y el mundo estaba recién pintado. Pues bien, Huck se merece una relectura, y por varios motivos:
Es tronchante, repleto de situaciones esperpénticas y cómicas.
Es costumbrista, retrata tan bien la vida en el Missisippi del XIX como sólo un natural de allí habría podido hacerlo.
Es profundo, trata el tema de la esclavitud, el engaño y la injusticia con la pluma afilada de Twain, tan adelantado a su tiempo en materia de derechos humanos.
Es tierno, el narrador, Huckleberry Finn, asegura no comprender la mayor parte de lo que cuenta, aunque cada dos por tres nos demuestra que es mucho más espabilado de lo que parece.
Es ilustrador, escrito como está en hasta siete dialectos (para los valientes que lo lean en inglés).
Es una aventura en toda regla: vivir en una balsa con choza, dormir después de admirar el amanecer en un banco de arena, deslizarse bajo las estrellas por el inmenso río Missisippi, esquivar enormes barcos a vapor, robar, hacer justicia, convivir con locos, timadores, amigos, negros, serpientes...
Hacedme caso, desempolvad al viejo Huck y dejaros llevar por la corriente del río!

1 comentario:

  1. ¡Qué buena idea, volver a los clásicos! Muchas veces no sé te ocurre que leer y esta es una buena opción. Huckleberry es uno de mis favoritos porque, aunque lo leas traducido, es muy entretenido. ¿Habrá que desempolvar también las meriendas de antaño y sentarse a leerlo con el bocata de chocolate?

    ResponderEliminar